Hace «relativamente pocos millones de años » la especie humana andaba con las manos y los pies, y nuestro cuerpo estaba adaptado al efecto que la gravedad producía en esta posición.
En el momento que necesitamos las extremidades superiores para realizar actividades de manera más independiente y funcional, pasamos a sostenernos sobre nuestros pies y, por lo tanto, el efecto que la gravedad producía sobre nuestro cuerpo cambió.
Desde ese mismo momento empezamos a adaptarnos a esa nueva posición y, a día de hoy, seguimos sufriendo esta evolución y sus consecuencias (dolor de espalda, síndrome degenerativo de la columna vertebral, artrosis).
En la actualidad
Estamos en constante evolución y es necesario que nos cuidemos y que realicemos ejercicios terapéuticos con el objetivo de fortalecer y flexibilizar nuestra musculatura. De esta manera lograremos ser capaces de soportar el peso de la gravedad y nuestras vértebras, discos vertebrales, ligamentos y articulaciones nos lo agradecerán.
Llegará el día, dentro de muchos millones de años, en el que estaremos adaptados a la posición y dejaremos de sufrir las consecuencias que esta produce. De momento, sigue estos consejos durante tus ejercicios:
¿Qué debes tener en cuenta durante tus ejercicios?
- Lo primero es la constancia, si no realizas ejercicios de manera habitual no conseguirás notar los beneficios.
- Deberán pasar algunas semanas antes de notar mejoría, aunque desde la primera sesión de trabajo notarás sensación de bienestar.
- Los ejercicios nunca deberán producir dolor, aunque si es normal notar sensación de tensión que es lo que nos marca que el ejercicio esté bien hecho. En caso de notar dolor deberás consultar a un fisioterapeuta.
- Concéntrate en el ejercicio que estás realizando.
- Durante el periodo de aprendizaje de los ejercicios puedes respirar de la forma más cómoda para ti, pero más adelante todas las inspiraciones se realizan en fase de relajación, con la nariz, y las espiraciones en fase de contracción, con la boca.
- Es necesario un espacio mínimo para realizar los ejercicios de forma cómoda. Trabaja sobre una superficie acolchada pero dura, y ropa cómoda.
- Descansa después de cada ejercicio, hasta estar en plenas condiciones para realizar el siguiente.
Los ejercicios deben adaptarse a las personas y no al revés, es decir, cada persona, en función de sus capacidades y necesidades, deberá realizar los ejercicios de manera individual. De esta forma conseguirá fortalecer y estirar su cuerpo de manera adecuada y sin riesgos.
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